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Análisis Tom Clancy’s Ghost Recon: Wildlands (PC)

Ghost Recon: Wildlands se presenta como una nueva e innovadora entrega en la saga de shooters tácticos, esta vez presentando un mundo abierto masivo, un modo multijugador aparentemente revolucionario, y mucho, pero mucho más. Debo decir que comencé a jugarlo con la idea de que me decepcionaría como me pasó con muchos de los últimos juegos de la empresa (cosa que muchos gamers comprenderán).

Sin embargo, me llevé la grata sorpresa de encontrarme con un juego atractivo, divertido y estratégico, que sigo jugando durante casi todo mi tiempo libre. No me malinterpreten, Ghost Recon: Wildlands está lejos de ser perfecto, pero tiene muchísimo material para satisfacer a los fanáticos del género táctico (y repito, TÁCTICO).

El primer detalle interesante que me encontré al iniciar este juego fue el sistema de creación de personaje. Siendo un fan de la customización de personajes, me puse a jugar con muchas de las opciones, y créanme, son MUCHAS. Lo único que podría llegar a criticar es que, si bien la variedad de atuendos es increíble, las opciones para personalizar el peinado y cara de nuestro personaje (especialmente el peinado) son muy limitadas. Algo que sí me resulta espectacular, al igual que la personalización del atuendo, es la cantidad de posibilidades para las armas: a medida que consigamos nuevas armas y accesorios explorando el mapa o cumpliendo misiones, podremos poner diferentes miras, lásers, lanzagranadas, silenciadores, y mucho, MUCHO más en cada una de nuestras armas, logrando así un set que pueda satisfacer nuestro estilo personal de juego. Incluso la pintura del arma se puede modificar.

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Ghost Recon: Wildlands prometía un mundo abierto masivo como pocos. De hecho, en la entrevista con Matthew Tomkinson, él mismo dijo que podríamos explorar libremente el mapa cuando quisiéramos, y avanzar en el orden que prefiriéramos. Si bien me costaba creer eso, debo decir que dijo la verdad. El mapa de Ghost Recon Wildlands se divide en más de 20 provincias que podremos explorar con la más absoluta libertad (tengan en cuenta, sin embargo, que cada provincia cuenta con un nivel de dificultad distinto). La forma de conseguir misiones principales es explorando para encontrar información vital. Además de esto, hay montones (y realmente, MONTONES) de cosas que hacer, desde misiones secundarias para conseguir ayuda de los rebeldes cuando se la necesite (algunas misiones desbloquearán la posibilidad de pedir refuerzos, otras nos darán un mortero, etcétera), hasta lugares que deberemos acceder para conseguir armas, accesorios para las mismas, o medallas para comprar nuevas habilidades y mejoras.
Entre todo lo que hay para hacer, y la libertad que tenemos, la experiencia puede durar unas 40 horas o mucho más de cien. Claro que no es una experiencia para todos: algunas personas se han quejado de lo repetitivo que puede ser el juego tras muchas horas. Aunque pensemos, ¿qué posibilidad hay de que un shooter no se vuelva repetitivo tras más de cincuenta horas? Teniendo esto en cuenta, debo decir que hay mucho para hacer, y sigo sin cansarme tras más de sesenta horas de juego, gracias a la combinación del modo de un jugador con el multijugador.
Podemos jugar solos o acompañados por tres compañeros controlados por la computadora a quienes podremos dar órdenes como ir a un punto, disparar o no hacerlo, o reagruparse. También podremos, en medio de nuestra partida, unirnos a otros jugadores (o que ellos se unan a nosotros) para ayudarnos mutuamente a completar misiones y avanzar. Este multijugador «seamless» (sin transiciones) hace de esta experiencia algo genial, ya que vuelve al juego totalmente adaptable a las preferencias de los jugadores. No sólo uno puede elegir ser sigiloso y táctico o ir directo a reventar todo, sino que puede elegir controlar un equipo o tener que coordinarse con otros jugadores. Si bien muchos preferirán el multijugador, gracias a lo caóticamente divertido que puede volverse, y a las herramientas tácticas para coordinar el equipo (como marcar enemigos para hacer una ejecución simultánea con otros jugadores), estoy seguro de que otros fans de la estrategia como yo preferirán jugar sólamente con amigos con quienes realmente se puedan organizar, o ir directamente solos. Siendo un fanático absoluto del sigilo, la idea de que un error de un desconocido arruine mi estrategia no me gusta del todo.
El único problema es que puede costar acostumbrarse a controlar bien las tropas cuando se juega solo, y muchas veces éstas nos pueden delatar cuando, sin motivo alguno, uno de nuestros soldados decide atravesar la zona corriendo como si nada para llegar a nuestro lado. Una vez que se aprende a controlar bien a nuestras tropas, sin embargo, la experiencia de un jugador mejora muchísimo. Aún así, si se busca caos absoluto, el multijugador es perfecto.

Un punto que podría criticar es la IA: desde cosas sencillas como aliados que huyen de una granada DESPUÉS DE QUE ESTA LES EXPLOTE EN LOS PIES, hasta casos como el antes mencionado del soldado que decide correr frente a los enemigos arruinando el sigilo, hay muchos problemas que podrán romper con la inmersión, especialmente en las primeras horas de juego, cuando no sabemos controlar bien a nuestras tropas. Sin embargo, incluso esto tiene un punto positivo: nuestros soldados parecen ser clarividentes. Ustedes dirán «se volvió loco», pero no. Me explico: jugando solos, las marcas que podemos poner sobre los enemigos para una ejecución simultánea harán que nuestros soldados busquen el ángulo para poder dispararles y, luego de que lo ubiquen, podremos dar la orden para que los ejecuten (en multijugador deberemos rezar que todos disparen al mismo tiempo, cuando se de la señal, mientras que la IA disparará apenas lo digamos). El tema es que muchas veces nuestros soldados controlados por la IA tendrán al objetivo en la mira a unos 5 segundos de que lo hayamos marcado… aún si están separados por diez kilómetros y una pared de hormigón. Esto no es eterno, y uno o dos segundos después lo «perderán de vista», pero créanme cuando digo que esto se puede aprovechar para asesinar de forma sigilosa a enemigos que no podemos llegar a ver. Más allá de que es técnicamente un bug, es uno que podemos aprovechar terriblemente.

Un pequeño detalle que me gustó mucho fue el uso del dron: además de los binoculares, contamos con un pequeño dron que podremos controlar para revisar cada área, marcando enemigos, generadores eléctricos, y demás. Al igual que en nuestro personaje, podremos mejorar el dron para que use visión nocturna o de calor, y, lo más interesante de las mejoras para éste, es que podremos darle habilidades como revivir a aliados caídos o generar ruidos para distraer a los enemigos. Pero no es simplemente el dron lo que me gusta, sino que la dependencia que llegamos a tener hacia él agrega valor a un nuevo elemento. En algunas bases enemigas, encontraremos máquinas que obstruirán la señal del dron, haciendo que no podamos usarlo. Debido a nuestra costumbre y a la utilidad que éste tiene, haremos lo imposible por volar esa máquina, muchas veces llegando a arriesgar todo el sigilo de la misión simplemente para poder volver a usar ese recurso terriblemente valioso.
Como dije antes, el jugador y su equipamento se pueden mejorar mediante puntos de habilidad. Así, podremos mejorar nuestro dron, nuestros binoculares, nuestra precisión, la eficacia de nuestros soldados, etcétera, así como desbloquear nuevos ítems como granadas de humo o un paracaídas. Si bien la idea es interesante, muchas de las mejoras me parecen muy innecesarias, además del hecho de que tarde o temprano podremos desbloquearlas todas, en lugar de tener que sacrificar algunas para desbloquear otras, lo cual sería mucho más interesante y agregaría un valor adicional a cada decisión al invertir nuestros puntos. Y hablando de puntos, no expliqué cómo funcionan estos: a lo largo del mapa encontraremos medallas, que también conseguiremos al subir de nivel, para subir de nivel. Sin embargo, además de éstas necesitaremos puntos en diferentes categorías, conseguidos al marcar recursos para los rebeldes. Estos recursos pueden ser alimento, gasolina, inteligencia, y demás, y cada uno nos permitirá acceder a habilidades nuevas.
En cuanto al apartado audiovisual, es simplemente excelente. La atención al detalle en los mapas es increíble, creando escenarios SÚPER atractivos y variados. Sin embargo, en las ciudades esto decae un poco, ya que es muy, pero MUY notable la reutilización de recursos entre ellas, lo cual hace que ninguna se vea realmente única, y puede arruinar un poco la sorpresa y el atractivo que deberían caracterizar un juego con gran posibilidad de exploración.
El gran, gran problema, es la optimización. En ciertos momentos el juego se congela por completo para cargar texturas, AUNQUE PERMITE QUE SIGAMOS MOVIENDO LA CÁMARA, lo cual significa que Ubisoft claramente sabe de estos problemas y decidió que podamos aprovechar el tiempo para sacar fotos de lo linda que se ve la lluvia cuando se queda detenida en medio del aire. Además de esto, el juego suele tener bajones de FPS bastante importantes con DirectX11. Habiendo jugado en Windows 7, con los gráficos en alto y el renderizado a distancia al mínimo, con una GTX 1060, los fps fluctuaban de 45 a 60 fps, con bajones repentinos a 10 o 12 fps a veces. Al cambiar a Windows 10, pasé a jugar con el renderizado a distancia al máximo y los gráficos en muy alto, a 90 FPS estables. Más allá de esto, el juego sigue siendo una bestia come-recursos.

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