Es difícil hablar de Navidad hoy en día. Por todas partes escuchamos mensajes acerca de «el real sentido de la Navidad«, que «evitemos el consumismo», que «nos amemos los unos a los otros», etc. Incluso, ahora me encuentro escuchando radio y en menos de media hora ya he tenido que escuchar un buen par de veces «los saludos navideños» de nuestros dos candidatos a la Presidencia de la República. ¿Increíble, no? ¿Usted cree que ellos nos invitan a disfrutar de estas fiestas porque les interesa reunir a las familias de Chile o porque les interesa quedar bien con fines electorales? Dejémoslo para la reflexión de cada uno.
El tema es que después de todos los mensajes amables de rigor, los abrazos y los besos, cuando nos enfrentemos el lunes con el mundo de vuelta a la normalidad veremos que bien poco ha cambiado. Los que prometían paz y felicidad para el planeta entero, ya estarán pensando en lanzar otra bomba o invadir otro país; los que estaban dándose la mano en un apretón cínico estarán buscando otra vez la manera más sigilosa de clavarse un puñal. ¿Suena desalentador, no? ¿Qué posibilidades tenemos de que se cumplan todos los sueños y las promesas hechas en esta fecha? ¿De quién depende?
Muchos también se distancian de esta fecha por un tema religioso. Siempre se escucha el sonsonete de «no, yo no celebro la Navidad porque no soy cristiano y me da lo mismo lo que ellos celebren». Pero tenemos que ver con miras altas que es lo que se celebra hoy en día. Más allá de cualquier dogma religioso que nos haga pensar que hoy en la noche se conmemora el nacimiento del hijo de Dios, hay un hecho claro. Sea cual sea la religión o creencia que tengamos, en esta fecha se recuerda el nacimiento de un niño, sea quién haya sido. El nacimiento de un niño y la reunión de una familia alrededor de este nacimiento. Esta fecha recuerda la unión de una familia, en torno a una cuna, que podemos entender como el símbolo de la vida. Olvidémonos por un momento de las eternas pugnas religiosas y veamos el aspecto que todos compartimos de esta fecha. Nadie, pero nadie puede estar ajeno a la importancia de tener una familia feliz.
Muchos hemos tenido o tenemos dificultades con alguien de nuestra familia. Es algo completamente normal; sería ingenuo pensar en que la vida está exenta de roces, y que una vez que tenemos un problema o una diferencia no lo podemos solucionar. Entonces, surge de nuevo la pregunta que quedó hecha al final del primer párrafo. ¿De quién depende? Sólo de nosotros. Gran parte de las cosas negativas que tiene el mundo dependen exclusivamente y directamente de la desintegración de lo que entendemos por familia.
La familia es un nido donde se crea nueva vida, donde se nos entregan los valores que nos acompañarán de por vida, y que ni el colegio, ni la universidad, ni los amigos ni el trabajo nos podrán entregar nunca. La familia es fuente de educación para la vida. Luchemos por ella. Suena difícil, pero es cosa de que todos dejemos de lado ese pequeño grano de rencor, enojo o disgusto de lado, para entregarnos de nuevo a nuestros seres queridos. Muchos esperan que el otro dé siempre el primer paso. Olvidemos esos orgullos tontos y demos nosotros el primer paso.
Reunámonos como familia; como familia sincera y entreguemos todo el cariño que tenemos dentro de nosotros a las personas que siempre han dado todo por nosotros. Algunos amigos pasan, algunos empleos pasan, todo en la vida es un flujo constante de personas y situaciones. Pero la familia siempre permanece. Puede sonar a slogan de la familia Corleone, pero la familia es la única institución que jamás nos abandonará si sabemos cultivarla como corresponde. Todo en la vida se elige, menos la familia, que es la que nos enseña a elegir.
Los invito amigos míos entonces, a reunirse en familia. El carrete siempre va a poder esperar. Comamos hoy en la noche reunidos como familia; reflexionemos acerca de los lazos que nos unen y de cómo podemos hacer que se mantengan robustos en el tiempo, soportando los embates de este tiempo, que puede que no sea el mejor, pero es el que nuestros mismos padres, con sus virtudes y defectos nos han legado. Y en base a esta reflexión en familia, pensemos en como podemos nosotros dejarles a nuestros hijos un mundo mejor del que recibimos. Esto no depende ni de George Bush ni de Bill Gates ni de nadie. Sólo de nosotros mismos.
Aquí, en este sitio, MADBOXPC, nos consideramos una comunida
d. Compartimos alegría, y a veces penas, hacemos fiestas, reuniones y campañas de ayuda. Somos como una familia que se reúne alrededor de los mismos intereses: pasarlo bien, entablar una grata conversación y aprender y enseñar lo que necesitemos saber o sepamos acerca de hardware y tecnología. Y es por esta misma conjunción de intereses que los invitamos entonces a compartir este mismo interés que aquí se plantea. Compartamos en familia y busquemos estrategias para fortalecerla y aprender de nuestros seres amados.
Los regalos, el mercado, el consumismo y otras cosas a veces nos las podemos evitar. Pero nunca olvidemos estar en familia, sintiendo de verdad un amor sincero por ellos. Puede que compremos regalos, que andemos estresados en estas fechas corriendo de un lado a otro, pueden pasar muchas cosas de pronto no muy positivas. Son males propios de nuestro tiempo, tal como en otros tiempos han habido otros males que han afectado a la humanidad. Pero lo que no podemos dejar es que estos mismos males afecten los pilares de la familia, que es pilar fundamental de nuestro desarrollo como sociedad.
Estas son nuestras alegres y sinceras palabras, que quisimos compartir con ustedes en esta fecha que llamamos «Navidad».
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