La idea de llegar a Marte, o incluso volver a pisar la Luna, es algo que apasiona a muchos científicos, investigadores, astronautas y porque no decirlo también, a mucha gente común. De hecho, muchos países ya se han planteado metas y fechas para llegar al planeta rojo. Sin embargo, el espacio también tiene una importancia fundamental para la gente de la Tierra y eso es olvidado muchas veces.
Un reciente reporte hecho por el Consejo de Investigación Nacional («National Research Council«), ha concluido que el sistema de satélites de USA, los cuales monitorean el medio ambiente y las condiciones climáticas de la Tierra, deben someterse a fuertes actualizaciones o los científicos pueden perder la habilidad de poder predecir los huracanes, fuertes tempestades y condiciones adversas producto de duros inviernos.
El reporte también llama a la NASA a lanzar 17 nuevos satélites antes del año 2020. La NASA y la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional («National Oceanic & Atmospheric Administration» o «NOAA«) actualmente cuentan con 25 satélites orbitando la Tierra, los cuales específicamente sólo llevan a cabo mediciones y observaciones ambientales. Sin embargo, muchos de estos satélites ya han cumplido con su vida útil determinada al momento de ser lanzados.
Según Richard Anthes, integrante del Comité que escribió el reporte,
«Este es el momento más crítico en la historia de la humanidad, con una cantidad de población nunca antes vista y con un creciente estrés de nuestro planeta.»
El Consejo de Investigación Nacional, parte integral de las Academias Nacionales, también advirtió que para el 2010 el número de instrumentos en los satélites, destinados a observar a la Tierra, se verán reducidos en capacidad en un 40% aproximadamente.
El presupuesto anual de NOAA, destinado a satélites ambientales, el cual asciende a $1 billón de dólares, debe continuar disponible para la organización. El gastar $3 billones de dólares por año en nuevo equipamiento y misiones de satélites hasta el 2020, debería ser suficiente para volver a tener un adecuado nivel de observación de la Tierra, de acuerdo a lo indicado por los expertos.